Por Miranda Simon
Los escándalos sexuales parecen ser un tema reincidente en la trama de Hillary Clinton – y nunca juegan a su favor. El gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer que recientemente ha renunciado por haber tenido conexiones con una cadena de prostitución, era uno de los superdelegados a favor de Clinton, y partidario de su campaña, aunque, como nota Slate magazine y el New York Daily News, entre otros, su ‘apoyo’
resultaba a veces más perjudicial que beneficioso. Sigue leyendo